La economía digital está transformando, no solo el ámbito económico, sino las relaciones políticas, sociales y culturales, con importantes consecuencias en el ámbito personal y profesional. Esta transformación y cambio supone un nuevo reto para las personas y las instituciones, siendo necesaria la adaptación y adecuación a los nuevos paradigmas tecnológicos y al creciente desarrollo de los medios y recursos. En este sentido, la fiscalidad, los sistemas tributarios y los marcos regulatorios existentes se demuestran totalmente superados e ineficientes, con una marcada obsolescencia, y son incapaces de dar respuestas adecuadas a los nuevos desarrollos técnicos y económicos.

Por ello, se hace necesario revisar la situación del actual marco normativo, analizar los retos de la economía digital y estudiar las posibles soluciones y respuestas adaptadas al nuevo entorno y contexto económico, en especial, a los avances y desarrollos técnicos así como a las nuevas iniciativas empresariales o económicas.

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