La sensibilidad del colectivo de los economistas hacia los problemas sociales, es una constante que se viene materializando en la organización de diversos eventos de carácter solidario cuyas recaudaciones, una vez detraídos los gastos, se destinan íntegramente a distintas organizaciones benéficas y/ solidarias.
La última iniciativa ha sido un concierto de música sacra en conmemoración del Voto de San Matías de 1503, la tradición religiosa más antigua de la ciudad de Santander. El concierto tuvo lugar en la catedral de Santander el pasado 6 de diciembre, protagonizado por la Orquesta Sinfónica del Cantábrico (OSCAN) dirigida por su titular, Paula Sumillera, con la colaboración del cellista Diego Quintana y la soprano Elena Herrero. Bajo el título genérico “El ser espiritual”, se interpretaron obras de Elgar, Mendelssohn, Britten, Mascagni y Mazzoni, Massenet y Fauré. La asistencia al evento fue gratuita, con inscripción previa y un aforo reducido por cuestiones de seguridad pero se llenó todo el espacio disponible. La recaudación, tras cubrir los gastos, se va a destinar al Banco de Alimentos de Caritas Parroquial del Santísimo Cristo de Santander, para paliar las necesidades básicas de las familias más afectadas por la crisis sanitaria del coronavirus. El patrocinio ha procedido del Ayuntamiento de Santander, la Obra Social “la Caixa”, Liberbank, Zona Franca de Santander, Aspro, La Frontera, Virfran Medical y aportaciones de particulares a través de una plataforma de crowdfunding. “La sensibilidad de los economistas hacia los temas sociales está nuevamente detrás de la organización de este evento cultural y solidario, con el que pretendemos aportar nuestro granito de arena para contribuir a hacer, entre todos, una sociedad mejor, más justa y solidaria. Nuestro objetivo es devolver a la sociedad una parte de lo que de ella hemos recibido”, explicó el decano-presidente de la organización colegial, Fernando García Andrés en su presentación del evento. El Voto de San Matías tiene su origen en una peste que asoló Santander, acabando con dos tercios de la población. Los habitantes de la villa, en su desesperación, realizaron rogativas a los santos para que acabasen con la epidemia. Desde el 12 de noviembre del año 1503, hace ya más de 500 años, el Voto se renueva cada año por parte de la Corporación Municipal, para pedir al santo que guarde a la ciudad de todo mal. Este año, con la segunda ola de la pandemia del COVID-19 en plena expansión, ha recobrado de nuevo su sentido originario.